Oportunidades de la polifarmacología en tratamientos con cannabis medicinal

La farmacología moderna se basa en la síntesis de fármacos diseñados para actuar de manera selectiva sobre dianas específicas, es decir, moléculas únicas para dianas únicas. En biología molecular se le llama diana terapéutica o blanco molecular al lugar del organismo donde un fármaco ejerce su acción, ya sean del tipo lípidos, proteínas o ácidos nucleicos.

En esta misma línea, se ha entendido a la polifarmacología, es decir, la posibilidad de que una molécula diseñada pueda interactuar con dianas distintas a las deseadas, como un riesgo de provocar efectos secundarios no esperados. Esta puede considerarse como una de las principales causas para retirar un medicamento del mercado. De igual forma, en los últimos años, distintos fitocompuestos con impactos individuales se han empezado combinar para obtener efectos favorables manera combinada. Además, muchos sistemas de medicina tradicionales combinan los preparados con varias plantas que afectan a dianas distintas, con el objeto de obtener una interacción terapéutica y la reducción de la toxicidad global del tratamiento.

En este sentido, Raphael Mechoulam describió por primera vez el efecto séquito del cannabis en un artículo publicado en 1999. Al estudiar los efectos del cannabinoide 2-AG, se concluyó que dos ácidos grasos potenciaban su efecto sin acoplarse a los receptores endocannabinoides. Es decir, dos compuestos del cannabis que no eran cannabinoides potenciaban la acción de uno que sí lo era; una especie de séquito químico que acompañaría a los cannabinoides hasta su lugar de unión, confiriéndoles mayor afinidad. Así, este efecto sinérgico del cannabis potenciaría los beneficios terapéuticos entre los distintos compuestos que interactúan con el sistema endocannabinoide propio de los mamíferos.

La importancia de una investigación exhaustiva sobre las variedades y los cambios de las plantas referidos a las condiciones edafoclimáticas radica en certificar la uniformidad y la estandarización basándose en datos científicos comprobados. Bajo estas condiciones, se puede contemplar la polifarmacología intrínseca del cannabis vegetal como un aliado en el desarrollo de la medicina personalizada y la elaboración de medicamentos individualizados para las necesidades de cada paciente, atendiendo a su historia clínica y patologías de base. Entonces, gracias a este enfoque en red, sería viable adaptar el producto a cada persona, reducir al mínimo los efectos secundarios, impulsar los beneficios terapéuticos del cannabis medicinal e, incluso, su interacción con otros medicamentos.

Bajo esta premisa, CanMe San Juan continúa en la investigación de los derivados del cannabis, ya sea en resinas, aceites o muestras vegetales, a partir del trabajo realizado en el Laboratorio de Control de Calidad CANME-INTA. En él, se estudia no solo la producción del Predio de Campogrande del Acequión, sino que recepciona derivados de terceros pacientes, ONGs, entes públicos y privados inscriptos en el REPROCANN. Se espera con ello brindar a la comunidad soluciones terapéuticas certeras y ofrecer a futuro productos medicinales derivados del cannabis con calidad farmacológica.