Estudian los efectos del cannabis para el tratamiento de TEA

Un equipo médico del Hospital General de Niños Ricardo Gutiérrez realizará el primer ensayo clínico en el país centrado en el uso del cannabis en pacientes pediátricos con diagnóstico de Trastornos del Espectro Autista (TEA).

Gracias a la lucha de las familias de miles de pacientes, desde 2017, Argentina permite el uso medicinal del cannabis para tratar una variedad de enfermedades, como la epilepsia refractaria, el dolor crónico y la fibromialgia, entre otras. De hecho, en 2019, profesionales médicos del Hospital Garrahan abrieron el paraguas de la investigación en nuestro país y dieron difusión a esperanzadores resultados sobre el tratamiento de la epilepsia refractaria en una población pediátrica, a partir de aceite de cannabis rico en cannabidiol: se redujeron las crisis epilépticas en el 80% de los pacientes.

En esta misma línea, un equipo médico del Hospital General de Niños Ricardo Gutiérrez se está preparando para llevar a cabo el primer ensayo clínico en el país centrado en el uso del cannabis en niños de entre 5 y 13 años con diagnóstico de Trastornos del Espectro Autista (TEA). Aunque la fecha de inicio aún no está determinada debido a múltiples factores, se planea que este estudio comience en 2024. De esta manera, será el segundo estudio clínico de cannabis en pediatría realizado en Argentina.

La necesidad surge por similares razones. Y es que son las familias de esos niños diagnosticados con TEA los que han recurrido a preparados derivados de cannabis de manera experimental. Según ellos, han podido evidenciar un impacto positivo en la conducta y la sintomatología de sus hijos, mejorando así la calidad de vida de toda la familia.

Según el psiquiatra Gabriel Kunst, que liderará la investigación en el Hospital Gutiérrez, el objetivo es explorar y verificar lo que muchas familias han realizado empíricamente: que las propiedades del cannabis pueden ayudar en la sintomatología del TEA. Investigaciones previas, como el estudio del Hospital Garrahan, ya han demostrado que el uso de cannabis en población pediátrica es seguro.

Los resultados más prometedores hasta ahora se han observado en el comportamiento social, un síntoma central del autismo. Estudios internacionales como el Montefiore Medical Center en EE.UU. han reportado mejoras en la irritabilidad, la hiperactividad y la ansiedad en pacientes con TEA que recibieron tratamiento con cannabis. Entre otros factores, se destaca que estudios similares determinaron que el receptor CB1 del Sistema Endocannabinoide, frecuentes en el Sistema Nervioso Central, presentan alteraciones funcionales en las regiones cerebrales implicadas en el autismo, como son Hipocampo y Ganglios basales.

En nuestro país, la investigación del Hospital Gutiérrez involucrará a al menos 100 niños diagnosticados con TEA, que no hayan sido tratados previamente con cannabis. Se explorarán los efectos terapéuticos de una fórmula de CBD y THC, a través de un enfoque de doble ciego con placebo. Asimismo, se basará en entrevistas para evaluar cambios en el comportamiento, el sueño, las relaciones familiares y otras áreas.

Por su parte, la comunidad médica argentina ha recomendado avanzar en la investigación científica del cannabis medicinal para desalentar su uso no regulado. El plenario de la Academia Nacional de Medicina recientemente aprobó una recomendación que subraya la importancia de utilizar cannabinoides de grado farmacológico y evitar productos caseros o artesanales, debido a la variabilidad en la composición química y la falta de seguridad.