Cannabis: Un repaso de las potencialidades terapéuticas y logros científicos en esta fecha especial 

Cada 15 de noviembre se celebra en todo el mundo el Día del Cannabis Medicinal, con el objetivo de concienciar sobre los beneficios terapéuticos y medicinales que se atribuyen a la planta, así como para promover el uso seguro y legal en el tratamiento de diversas condiciones médicas. 

A lo largo de la historia, se ha utilizado el cannabis con fines medicinales en diversas culturas. Antiguas civilizaciones como la China vienen utilizándola desde hace milenios. Shen Nung, uno de los padres de la medicina oriental, la nombra en sus escritos bajo el nombre de Ma en 2737 a.C. Tanto él como otros referentes

utilizaron toda la planta, incluso la semilla y el jugo de las hojas, como terapia para enfermedades y hasta antídotos para la picadura mortal de insectos.

Hacia el siglo XIX, el cannabis comenzó a reconocerse en la medicina occidental como un tratamiento para el dolor, las convulsiones y la rigidez muscular, utilizado comúnmente en extractos y tinturas. El irlandés William Brooke O’Shaughnessy es el primer científico que escribe en occidente sobre las propiedades médicas del cannabis. En su tesis afirma que esta planta «le quitaba los horrores a la enfermedad de cólera» y tras estudiar sus efectos sobre las convulsiones de los recién nacidos, afirmó que «la profesión había ganado un remedio anticonvulsivo de gran valor».

A mediados de ese mismo siglo, los químicos empezaron a producir remedios que se fueron haciendo populares. De hecho, en Estados Unidos se utilizó como una medicina reconocida farmacológicamente desde 1850. Para finales del siglo XIX, el cannabis era oficialmente reconocido en la farmacopea americana y europea como un remedio para decenas de enfermedades o dolencias.

Sin embargo, en el siglo XX, la percepción pública sobre el cannabis cambió drásticamente debido a preocupaciones sociales y políticas. En 1937, en los Estados Unidos, se implementó la Marihuana Tax Act, que gravaba el cannabis y restringía su uso medicinal. La prohibición y criminalización se expandieron hacia el resto del mundo.

Sin embargo, desde la década del ‘70, varias naciones comenzaron a transitar un largo proceso de descriminalización del cannabis. La investigación científica fue un elemento bisagra: la oportunidad de que hoy el mundo pueda entender al cannabis como una terapia medicinal para enfermedades crónicas avanzó de la mano de un profesor que logró contra viento y marea llevar adelante estudios científicos que harían historia. Raphael  Mechoulam, miembro de la Universidad Hebrea de Jerusalén, aisló en 1964 el cannabidiol (CBD) y poco tiempo después descubrió el tetrahidrocannabidiol (el THC), los dos compuestos activos más importantes presentes en la planta.

Mechoulam no se detuvo en hallar el CBD y el THC. Entendió que también el cuerpo humano produce cannabinoides. En 1988, el descubrimiento de dos cannabinoides endógenos (la anandamida y el 2-araquidonilglicerol) y los receptores CB1 y CB2 permitieron identificar en nuestro propio organismo el sistema endocannabinoide. Los endocannabinoides regulan diversas funciones biológicas que van desde la analgesia del dolor, la conciliación del sueño, la estimulación del apetito y la recuperación del estado de ánimo.  Esta gran similitud de actividad biológica entre los cannabinoides de nuestra planta y los del cuerpo humano son la razón de la gran cantidad de propiedades medicinales.

Asimismo, otro de sus grandes aportes fue la revelación del “efecto séquito”, un concepto de interacción natural entre los diversos compuestos activos (cannabinoides, terpenos y flavonoides) presentes en la planta de cannabis, que genera respuestas terapéuticas más completas y eficaces que las que producen los cannabinoides aislados.

Los descubrimientos de Mechoulam fueron el puntapié para que cientos de equipos científicos alrededor del mundo incursionaran en la indagación sobre los efectos terapéuticos del cannabis en determinadas enfermedades y dolencias crónicas. En Argentina, un estudio del Hospital Garrahan se hizo pionero en Latinoamérica al confirmar su eficacia en el tratamiento de epilepsia refractaria en niños y adolescentes y marcó el inicio de su uso medicinal legal en pacientes pediátricos. En 2020, la ANMAT aprobó el primer producto con CBD de calidad farmacéutica para el tratamiento de la epilepsia refractaria.

La legislación argentina también acompañó las necesidades de los pacientes y sus familias. En 2017, el Congreso de la Nación Argentina reglamentó parcialmente la Ley Nacional N° 27.350 que autoriza el uso terapéutico y paliativo del cannabis y dio el primer paso para el renacer de su uso medicinal. El 24 de octubre de 2020 se añadió la regulación del cultivo doméstico y el expendio en farmacias de aceites y cremas producidas a partir del cannabis. Hoy, en Argentina tenemos reglamentada la Ley 27.669 que establece el Marco Regulatorio para el Desarrollo de la Industria del Cannabis Medicinal y el Cáñamo Industrial.

En nuestra Provincia, la creación de CANME SAN JUAN simboliza la decisión estratégica de ponerse a la vanguardia del mundo en el cultivo de cannabis con fines medicinales, como una forma de diversificar la capacidad productiva local, generar empleo de calidad y posicionarse como referente de la industria en el país y el mundo.